La vida es una maravilla y no incluye manuales.
Eso es genial, porque significa que cada quien la puede vivir como quiera, descubrirla de muy diferentes formas.
Y en esos descubrimientos a veces nos damos de madrazos, nos equivocamos, obvio que nos equivocamos, nos caemos, nos levantamos, sufrimos y lloramos y luego nos reponemos.
Pero en ese camino a veces perdemos de vista el objetivo: VIVIR la vida. Entonces no la VIVIMOS, la PADECEMOS. Y vamos cayendo una y otra vez, tropiece y tropiece.
Pero, afortunadamente, están los amigos, están las personas que nos tienden la mano. La mano, en esas circunstancias, es como un puente que nos ayuda a seguir caminando.
Yo algunos aspectos de la vida los he vivido así, a tropezones, a sufrimiento.
Y hoy, gracias a Dios, a la Vida, a la Gran Voluntad, al Amor, al Cielo, a todo lo que está más allá de mi y de todo lo humano, estoy aprendiendo a vivir, a vivir nomás.
Hoy vivo cada día, ya no tejo telarañas en mi cabeza, ni tampoco construyo castillos de aire. Es sólo este día. Es sólo lo que hay, nada más.
Hoy los fantasmas imposibles no me hacen sufrir más.
Y los cuentos de hadas no constituyen mi futuro.
Mi vida es hoy, y es hermosa. Lo que pasa está bien, así debe pasar.
Antes me sucedía igualito que la canción de Sasha "rueda mi mente, no se detiene, presiento que ya no se detendrá"
Pero ya, freno la mente. Porque la mente es muy engañosa, pero el espíritu no.
Y mi espíritu está tranquilo y feliz y siento que ríe viviendo un día a la vez.
Amistad, amigos, risa, compañía. Ya sin pretender YO presionar a LA VIDA.
El día de hoy fue hermoso. Mañana, ¿quién lo sabe?, la mente de los otros, ¿quién la va a adivinar?
Yo no, y además no me interesa adivinar la mente de los otros. Ni predecir el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario